Omar Capetillo, músico popular
La cantata sobre Pisagua “La Flor en la Arena” está cumpliendo 18 de años desde su creación. Todo comenzó con una tesis que no fue terminada y que dormía entre varios papeles. Omar Capetillo, músico y autor de esta obra, nos cuenta como la construyó, las vicisitudes y las alegrías detrás de tanto dolor.
Por los locales de calle Baquedano en Iquique se pasea entregando su música. Como todo artista a veces es ignorado y otras veces escuchado. Pero ahí está a diario, con su caminar cansino, Omar Capetillo, un músico que muy pocos saben que ha sido el creador de una obra que nos llama a recapacitar y a emocionarnos con la historia aciaga reciente de Tarapacá, y que como muchas otras historias locales, esta también ha marcado el acontecer nacional.
“Pisagua, La Flor en la Arena” es tal vez junto a la “Cantata Santa María de Iquique” obras que están en el alma del pueblo. Nos reunimos cerca de la plaza Prat y con la modestia de los verdaderos artistas, nos contó cómo logró unir música y poesía, lo que no siempre es fácil.
¿Por qué escribir una Cantata sobre Pisagua?
-Esto empezó por una coincidencia. Mi mujer en esa época, a fines de los años 90, estaba trabajando su tesis para ser periodista. Esta tesis era sobre Pisagua y el tiempo que en dictadura fue campo de concentración. Ella no terminó su tesis pero quedaron guardados todos esos elementos en la casa. Un día encuentro estos documentos y comienzo a leerlos, pensando en lo interesante que eran. Había entrevistas, cartas de personas que habían estado en Pisagua, despedidas de gente que iba a ser fusilada, escrito por su puño y letra. Todo muy emotivo. Y pensé que todo eso era un poema. Ahí se me ocurrió que podía ser una obra, ponerle música. Y para ser sincero no tenía la idea completa al principio, eso se fue dando en la medida que poeticé. En un comienzo fue literal. Estaba todo relacionado, incluso los torturadores con los torturados, que habían jugado juntos a la pelota, que se conocían, hasta nexos familiares tenían. Un Iquique muy chico, donde todos se conocían. Eso era el contexto. Y a propósito de la Unidad Popular cada uno fue tomando su lugar, su partido, su posición política. A lo mejor nadie dimensionó la agudeza de esa división, que uno se iba a transformar en tan enemigo del otro.
Y esa enemistad se transformó en mucho odio, en muerte en definitiva.
-Estaba el odio contra Freddy Taberna que le tenía la gente de derecha. Aquí los civiles de derecha actuaban. De hecho Dolores Cautivo (periodista que escribió la tesis que motivó la Cantata) entrevistó a un periodista que trabajaba en Pisagua que le decían “el perro Vilches”, quien manejaba información de la prisión de Pisagua. Hay mucha gente que nunca ha querido contar nada, por razones personales, orgullo o miedo.
LOS INICIOS DEL CANTO
Cuéntame Omar ¿cómo fue la génesis de unir texto y música?
-Si, volvamos a como se construyó. Yo tenía guardadas unas canciones que había hecho. Los músicos hacemos eso. Uno compone y suele guardar. Por eso no partí de cero. Y comencé a conjugar primero la cuestión poética y las fui ajustando. Tenía que tener una estructura, una cuestión cronológica, los hechos, un desarrollo de ellos. Me demoré tres años en hacer todo eso: transformar la información en poemas, que cuadrara con la música. Y yo pensaba que ojalá alguna vez esto vea la luz. Pero tenía tanto contenido que no fue difícil. La tesis de Dolores Cautivo estaba muy bien escrita, no técnicamente, como una novela. Capítulo 1 “Iquique Antiguo”, capítulo 2 “El Golpe”, 3 “La Persecución”, etc. Lo más trabajoso fue el final, porque no tenía como rematar, porque en la construcción musical va subiendo subiendo y puede no terminar en nada. Entonces tenía que resolver la obra. Y no podía resolverse sólo con la muerte, porque no podía quedar en eso. Necesitaba dinámica. Esa fue la parte que más me costó.
¿Todo el texto de la Cantata pertenece a esa tesis?
-Hay una parte en la obra, la del “Palero”. Pato Cabezas, que es mi amigo, tiene un relato en la obra, un relato que es de él. Ahí cuenta como buscó a su papá, que era Detenido Desaparecido, hasta que lo encontró en Pisagua.
Imagino que conocías Pisagua…
-Yo había estado antes en Pisagua, conociendo la historia del lugar. Creo que para hacer esta obra había que tener conocimiento acabado de lo que pasó ahí, los hechos trascendentales que pasaron, los personajes que por ahí pasaron. No podía fallar en eso. Entonces la obra termina con una cueca, “la cueca de despedida”. Se nombran a todas las víctimas, una por una. Cada uno de ellos y ellas eran íntegros, eran líderes y por eso fueron elegidos por la dictadura, para eliminarlos, porque vivos eran demasiado peligrosos, porque tenían muchas virtudes. Entonces de eso habla al final. Y como guinda de la torta la obra habla de Salvador Allende como el líder. Esta obra por supuesto que es una tragedia, y también es romántica. Hay un texto de una carta que le mandó José Samson escribiéndole a su esposa que dice “mañana seré asesinado”, etc.
¿Por qué se llama “La Flor en la Arena”?
Hay una obra de Volodia (Teitelboim) y Ángel Parra que se llama “La Semilla en la Arena”, que se hizo en la UP o antes. Fue una investigación que se hizo por el campo de concentración que impuso González Videla en Pisagua. Entonces a propósito de esa investigación esta obra se llama “La Flor en la Arena”, porque era una generación nueva. El personaje principal de la obra es Freddy Taberna.
¿Por qué es Freddy Taberna el personaje principal?
Mira, yo soy comunista, y podría haber puesto a algún personaje principal de mi partido. Pero con todo lo que he leído y me han dicho de Freddy me parece que es un ser humano excepcional. Un hombre brillante, de categoría, de otra altura. De eso me di cuenta al principio, cuando empecé a construir esta historia. Además todo el mundo reconocía así a Freddy, que fue uno de los pocos que no se entregó. Lo llamaron por los bandos y él estaba escondido. Hay un tema que le dedico que se llama “El Perseguido” que dice “en cada umbral se abrió una puerta, en cada mesa el pan me esperó”. A él casi toda la gente lo ocultó, lo cuido, porque era un hombre muy querido, muy amado.
EL CANTO COMO REIVINDICACIÓN MORAL
¿Tuviste apoyo de alguna parte una vez finalizada esta cantata?
-Yo en aquella época tenía otra situación económica. Entonces yo pude gestionar de mi propio bolsillo algunas cosas. Yo contacté a un grupo que en ese tiempo se llamaba “Broquel”. Creo que aún existe. Lo curioso que después me echaron del grupo por comunista (risas). Bueno ellos eran jóvenes y yo los vi tocando en la universidad y me pareció que era más fácil hacer esto con un grupo ya formado, y me integré a este grupo. Hablé con ellos e hicimos la obra. Nos presentamos en el teatro Municipal y nos fue súper bien. Esta obra siempre ha tenido alta convocatoria, quizás por los familiares, porque en Iquique su historia la respetan. Desde que se presentó por primer vez el año 2000.
En estos 18 años ¿ha variado en algo? ¿por qué volver a ponerla en escena
-Mira, ha tenido pequeños grandes cambios musicales. En ese tiempo, me refiero al año 2000, con los músicos que la tocábamos eran músicos más bien por hobbie, ahora la tocamos con músicos avezados, profesionales con trayectoria. La volvimos a poner en escena por pedido de varia gente. De hecho el 2003 la tocamos en Santiago por los 30 años del Golpe porque nos invitaron. Eso fue en el aula magna de la USACH. El año pasado un amigo me dice que lo podría presentar a un FONDART. Ahí nos juntamos con la gente de la agrupación cultural Tarapacá, con Odete, con Drago y con Dolores, conversamos y se hizo. Además que para volver a tocarla necesitábamos cierto financiamiento, ya que son músicos profesionales, comprar instrumentos, contratar buenos sonidistas, ensayos, etc. Al final el proyecto fue aprobado. El gobierno se demoró en entregarnos la plata porque la organización no tenía actualizada la personalidad jurídica. La burocracia de siempre. Finalmente lo logramos y lo presentamos en el Salón Tarapacá. Lleno total. Hace unas semanas la presentamos en el “Rincón Guachaca” con el local repleto. Tuvimos una ovación de pie y la gente después se acercaba a nuestra mesa a saludarnos y darnos las gracias. Ese nivel de satisfacción me ha dado esta cantata.
¿Qué te ha dicho sobre la obra la gente que estuvo detenida en Pisagua?
Nosotros a veces bromeábamos con que debíamos llevar una ambulancia porque la obra provoca mucha emoción, entonces imagínate a quienes estuvieron presos en Pisagua muchos lloraban, al igual que sus familiares. Por eso al final se habla de la reivindicación moral de lo que ahí sucedió, porque siempre se habla de la reivindicación material que también es importante, porque se destruyeron hogares, familias quedaron en la calle. Algunos están enfermos producto de la tortura. A parte de eso se hacía necesaria la reivindicación moral.